Con el paso del tiempo, las piscinas de obra pueden presentar grietas, filtraciones o desgaste en sus acabados. Estos problemas no solo afectan a la estética, también comprometen la seguridad y la comodidad de quienes la disfrutan. Una piscina con fugas genera pérdida de agua constante, lo que incrementa el gasto en suministros y puede incluso dañar el terreno que la rodea. Además, si las grietas no se reparan a tiempo, pueden evolucionar en daños estructurales más graves, cuyo coste de reparación será mucho mayor.
Por eso es importante aprender cómo reparar una piscina de obra correctamente, aplicando las soluciones adecuadas según el tipo de desperfecto y asegurando así que pueda disfrutarse durante más tiempo.
Preparación antes de reparar la piscina
Antes de iniciar cualquier reparación es imprescindible realizar una inspección detallada. Hay que observar con calma el vaso de la piscina, revisando las paredes, el fondo, las juntas y las zonas cercanas a los impulsores o skimmers. Detectar si el problema se debe a pequeñas fisuras superficiales, a filtraciones internas o a un desgaste del revestimiento es clave para planificar la reparación con éxito.
Una vez identificado el daño, el siguiente paso es vaciar la piscina por completo. Esto permite trabajar en seco y comprobar con mayor claridad las zonas afectadas. Tras el vaciado, se debe limpiar bien la superficie con cepillos y agua a presión, eliminando suciedad, algas y restos de cal. Solo con una base limpia será posible aplicar los materiales de reparación de forma efectiva.
Soluciones habituales para reparar piscina de obra
El método de reparación dependerá del tipo de problema detectado. En el caso de pequeñas grietas o fisuras, una buena opción es el uso de resinas epóxicas o selladores especiales. Estos productos penetran en la hendidura y devuelven la estanqueidad a la estructura, evitando fugas de agua. Es importante aplicarlos de manera uniforme y dejar que sequen el tiempo recomendado antes de volver a llenar la piscina.
Cuando el problema se encuentra en las juntas o en conexiones de tuberías, lo más recomendable es emplear morteros hidráulicos o masillas impermeables. Estos materiales resisten la presión del agua y evitan que se formen filtraciones en puntos sensibles, como los colectores o los desagües.
En otros casos, el daño puede afectar al revestimiento completo de la piscina. Si los azulejos se desprenden con frecuencia, la pintura se levanta o la superficie ha perdido uniformidad, lo ideal es optar por una renovación del acabado. Aquí se puede elegir entre distintos materiales, aunque cada vez más propietarios se decantan por los revestimientos con piedra natural, ya que ofrecen una textura antideslizante, gran resistencia y un aspecto decorativo único que realza el color del agua.
Consejos para una reparación duradera
Saber cómo reparar piscina de obra no solo implica arreglarla en el momento, también mantenerla en buenas condiciones en el futuro. Para lograrlo conviene seguir algunos consejos. En primer lugar, es fundamental utilizar productos de calidad, ya que los materiales de baja gama tienden a deteriorarse antes por efecto del cloro y del sol. También es importante respetar los tiempos de secado de cada producto, ya que rellenar la piscina demasiado pronto puede arruinar la reparación.
Otro aspecto clave es el mantenimiento químico del agua. Mantener los niveles de pH, cloro y alcalinidad en equilibrio evita que los acabados se degraden con rapidez y que las superficies reparadas vuelvan a dañarse. Finalmente, conviene realizar inspecciones periódicas para detectar cualquier nuevo desperfecto a tiempo y actuar antes de que se convierta en un problema mayor.
Pasos clave para saber cómo reparar piscina de obra
Podemos resumir el proceso de reparación en varias fases:
- Inspeccionar y diagnosticar el daño.
- Vaciar y limpiar el vaso por completo.
- Aplicar selladores en fisuras o juntas con productos adecuados.
- Restaurar o renovar el acabado para lograr estética y durabilidad.
- Seguir buenas prácticas de mantenimiento y química del agua.
Con esta metodología no solo se recupera la funcionalidad de la piscina, también se alarga su vida útil.
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Aunque algunas reparaciones pueden hacerse de manera casera, en muchos casos contar con profesionales es la mejor opción para garantizar un acabado duradero y estético. Si buscas un resultado de calidad, los revestimientos con piedra natural de Pebbletec son una alternativa excelente: aportan resistencia, elegancia y una gran variedad de acabados que transforman el aspecto de cualquier piscina.
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